Salud mental en crisis, otra pandemia en ciernes (La Tercera)
Nos hemos convertido en el segundo país del mundo que más ha empeorado su salud mental (Ipsos). Esta siempre ha sido la “pariente pobre” de la atención pública y un “lujo” de la salud privada, de muy difícil acceso para quienes necesitan un tratamiento eficaz y continuo: solo un 38,5% de las personas con enfermedades mentales recibe atención (U. de Chile). Pero hoy queda al descubierto, se nombra, se masifica y se muestra como una catástrofe en ciernes.
La prolongada cuarentena, la soledad, la tensión respecto de la pérdida de ingresos, el hambre inclusive, el temor frente a la enfermedad y la pérdida de un ser querido sin poder despedirlo, han redundado en sentimientos de miedo, agobio, angustia, ansiedad, estrés, insomnio y depresión, con un alto nivel de incidencia.
Según el Minsal, son las mujeres las que más deterioro en su salud mental han sufrido en estas circunstancias, seguidas de los niños, niñas y adolescentes. Sus síntomas revelan que a lo descrito se suma el exceso de roles y tareas, es decir la “carga global de trabajo” que comprende el total de horas dedicadas al trabajo remunerado y no remunerado. Pre pandemia, en una semana laboral de cinco días, las mujeres trabajaban 52,5 horas y los hombres 43. Es decir, ellas rebasaban el límite de 48 horas considerado “excesivo” por la OIT. ¿Cómo será hoy, con días extenuantes?
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